lunes, 26 de diciembre de 2011

Encadenada a ti


Bajo sus alas cansadas
y de su rostro pálido
las perlas de sus lágrimas secó.
Porque mi alma cautiva duerme
esperando que despiertes de tu letargo.
Las campanas tilitan en la noche
cantando los amores
vacíos y paganos
de las bocas blasfemas
de los amantes ocasionales.
“Donde quedan tus palabras
cuando la ausencia de los sonidos
martiriza las voces de mi alma.”
Se fue sin pausa la noche
y con ella, la luna
mis alas cansadas
no quieren volar en soledad…
Pienso en tu nombre
ese, que inventaste,
para alejarte del mundo
que ahogaba tu vuelo,
y las rosas pierden sus pétalos
cada vez que te nombro.
¿Donde guardas mi libertad?
El diablo entro en tu cuerpo
y sedujo la inocencia
de mi cuerpo dormido.
Hoy, soy el alma perdida
que reclama tu infierno
la razón rompe las cadenas
y  el corazón iluso, entregado
cocido con alambres de púas
y colgado en la cruz
de tus brazos
desea permanecer en ti…
Dame el aire que necesito
respira bajos mis alas
eres el dueño de mi alma
hazme volar con manos
con aroma a pimienta y cardamomo
eres el dueño de mi alma
y aun en mi cuerpo poseo la llave
que abre las cadenas de tu libertad.


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